Senderismo con: Sergio Morales ( Lobo )
  SENDERISMO CON PERROS
 

                                                     


                                         Senderismo con perros


 

 

El senderismo es un deporte en el que no hay razón para excluir a nuestras mascotas. Si tu mascota es una serpiente o un hurón la cosa se pone difícil, pero el senderismo con perros es una práctica tan antigua como lo puede ser caminar y cada vez hay más grupos que organizan salidas específicas para ambos y jornadas de dog-trekking. No hace falta dejar a los perros en casa, tu fiel compañero también puede serlo en la montaña.

 

Lo primero a tener en cuenta es la normativa vigente en la zona en la que se vaya a hacer la ruta. Habrá que consultar la normativa autonómica pero, en general, es una cuestión de sentido común: hay que controlar al animal para que no moleste a otros senderistas, a sus mascotas o a la fauna del lugar y, por tanto, se debe llevar al perro atado, etc. En la práctica, esto se traduce en ponerle arnés al perro y llevar una correa y un bozal por si hay problemas.

 

La siguiente cuestión es evaluar la dificultad del sendero. El perro no puede subir y bajar por los mismos sitios que lo hacen los senderistas de dos patas, por lo que conviene consultar el desnivel, el terreno, etc. Para ello, los distintos grupos que fomentan esta práctica ofrecen senderos recomendados.

 

Una cuestión de vital importancia es conocer el estado del animal. Hay que tener en cuenta si el perro está o no acostumbrado a hacer ejercicio regularmente, si le falta o sobra peso, cómo se encuentran sus patas y, en especial, sus almohadillas. Para ello, lo más recomendable es visitar al veterinario o empezar con salidas cortas y, poco a poco, evaluar la respuesta del animal y, si es normal, ir haciendo rutas más largas y difíciles con el tiempo.

 

 

Rutas adecuadas y grupos de senderismo con perros

 

Algunas páginas web se han especializado en este tipo de senderismo y existen grupos en Facebook en función de distintas zonas geográficas: Senderismoconperros.com, Senderismoconmiperro.com, Pirineosconperros.es, Sendasconmascotas.com, Moviendolacola.net, Territoriomascota.com.

 

Lo más interesante es que estos grupos de senderistas publican recomendaciones sobre las mejores rutas para los de cuatro patas y sus experiencias realizándolas.

 

 

Consejos para planificar las salidas con perros

 

Es necesario asegurarse de que los perros están permitidos en los caminos por los que se vaya a realizar la ruta y, si se pernocta, habrá que localizar alojamiento o zonas de acampada en la que se permitan perros.

 

El estado de salud del perro es muy importante. Debe estar al día en sus vacunas y sus uñas deben estar bien recortadas. Si la travesía es larga se debe consultar al veterinario y, de todas formas, es conveniente que antes de salir se localicen clínicas veterinarias cercanas a la ruta a seguir. El veterinario, además, puede orientar sobre las necesidades específicas que pudiera tener el perro según las características de su raza.

 

Hay que planificar sus necesidades (hidratación, temperatura, alimentación): no se le debe dar una comida fuerte antes de una caminata, esto podría acarrear problemas varios como vómitos o incluso una torsión de estómago.

 

El perro debe estar bien hidratado durante el camino y tener comida suficiente en función de la duración del mismo. Existen bebederos de viaje que pueden facilitar el darles de beber y si la ruta es larga puede ser interesante que el perro lleve su propia mochila. Las mochilas nunca deberán ir cargadas con más del 10 por ciento del peso del perro y deberán repartir bien la carga. 

 

La temperatura y la altura afectan al animal igual que al hombre. Respecto a la altura, tan solo hay que ir acostumbrándolo poco a poco y, respecto a la temperatura, si hay nieve o el terreno tiene barro o es muy pedregoso habrá que tener cuidado con las patas. Hay quien lleva un botiquín para su cuidado con crema para proteger las patas y/o tratar las almohadillas.

 

 

 

Recomendaciones durante el camino

 

Entre una y dos horas antes de empezar la ruta, se debe dar al perro un tercio de lo que se le suele dar de alimento diario. Al terminar la jornada, aproximadamente una hora después, le daremos el resto de la comida. Si el desgaste es muy alto, se puede aumentar la cantidad de comida y repartirla en varias tomas en lugar de dos o tres muy fuertes. La cantidad de comida depende del camino recorrido, la temperatura y el estado físico del animal (delgado, obeso, activo, etc.).

 

Habrá que hidratar al perro con frecuencia y si se opta por dejarle beber de ríos, fuentes, etc., habrá que tener cuidado y asegurarse de la potabilidad del agua. Hay que evitar exponer al animal a las horas de más calor en verano en los trayectos largos o elegir zonas que reciban menos sol. Cuanto más calor, más paradas para beber serán necesarias y eso deberá contabilizar si se quiere cumplir con los itinerarios.

 

La nieve amontonada o el barro aterronado deben quitarse de entre las garras del perro donde la humedad puede quedar atrapada y causar molestia. La sal y otros descongelantes (muy venenosos y dulces) esparcidos en los senderos pueden irritar las patas y causar cortes y hemorragias. Habrá que comprobar el estado de las patas antes de cada trayecto y al finalizar el día.

 

Dado que muchos perros están acostumbrados a la vida en las urbes, sus patas y almohadillas no están preparadas para correr por la naturaleza. Por ello, una opción que eligen muchos senderistas es el uso de botas de neopreno para algunas rutas. Existe una gran variedad de ellas en función del frío que vayan a soportar y el terreno por el que se discurra.  

 

Hay que controlar al perro durante la ruta porque es responsabilidad del humano lo que pueda pasar. Debe ir atado ante la presencia de fauna protegida y, si no se tiene demasiado control sobre él, también es recomendable cuando compartimos el sendero con otros excursionistas, especialmente niños. Además, en algunas rutas habrá animales salvajes que pueden dar alguna sorpresa, por lo que es necesario informarse bien de cuáles son y donde son más frecuentes.

 

En algunas estaciones existe otro peligro para los senderistas y sus perros: la temporada de caza. La del jabalí, en concreto, es la que debería llevar a vestir al perro en otoño con un chaleco reflectante para evitar accidentes desagradables. 

 

Y, por último, habrá que revisar la piel y el pelo del animal al terminar la ruta para asegurarse de que no lleva consigo parásitos, como las garrapatas.

 

Existen, además, algunas consideraciones sobre seguridad y rescate en montaña a tener en cuenta al salir con los animales de ruta. Siempre es preferible actuar de forma responsable, es decir, habrá que intentar rescatar al animal primero pero si ello conlleva ponerse en peligro es mejor llamar a las autoridades de salvamento.  

 
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